Cuando se habla de la smart city o las ciudades del futuro todos nos imaginamos los coches volando sobre nuestras cabezas, transporte de personas en una especie de tubos o poder mantener una conversación con robots. (Puede que de niño viese demasiado la serie Futurama, pero eso es algo que podía imaginarme yo.) Sin embargo el trabajo que se está llevando en ese sentido de la smart city acerca a una ciudad con clara importancia colaborativa.
Hace unos días leía un artículo que habla sobre el debilitamiento de la propiedad privada en la ciudad del futuro y me daba cuenta de que todo está cogiendo la misma dirección. También unos meses atrás en Valencia se formó una convención sobre smart city y se terminó hablando de la ciudad colaborativa. Se está convirtiendo en una necesidad ya que las personas hemos cambiado y evolucionado, dejando atrás el modelo capitalista e hiperconsumista y haciéndonos eco de nuevos modos de entender la economía y en definitiva, la vida.
Las personas hemos cambiado y evolucionado, dejando atrás el modelo capitalista e hiperconsumista y haciéndonos eco de nuevos modos de entender la economía y en definitiva, la vida.
Hablamos de una nueva ciudad en la que las personas conectamos más para conseguir así mejorar nuestra calidad de vida entre todos. La posesión de un vehículo se convierte en una mera carga ya que tenemos acceso a ellos solo cuando los necesitamos. Esto se traduce además en una rebaja notable en la contaminación y mejor tránsito dentro de las propias ciudades.
Pero no debemos quedarnos mirando solamente a que el transporte está evolucionando. Todo lo está haciendo. Cada vez estamos más cerca de que las ciudades en las que la vida sea mucho mejor sean las ciudades colaborativas, mejora la sentimiento de pertenencia, el de seguridad y hace que seamos más felices. Conseguir que en las grandes ciudades las personas se conozcan y puedan compartir viajes, herramientas, libros e incluso comida es algo que no está tan lejos. Y no lo está porque el cambio social está aquí.
Se necesita solamente el apoyo institucional, que tiene que ser pieza clave en este cambio y el resto irá sobre ruedas. Esta reflexión es algo que se ve claramente por la tendencia que estamos viviendo, y cada vez va a más, por apoyar el sector tradicional en la innovación incipiente. No podemos olvidarnos que esta vez la innovación no está «comandada» por grandes empresas de desarrollo de hardware o software, sino por las personas y eso es lo que convierte a la economía colaborativa en algo imparable.
imagen portada http://aratablog.com/recreacion-en-3d-de-futurama/