¿Cuánto tiempo llevamos hablando de regulación de la economía colaborativa? Diferentes segmentos de la empresa tradicional se han manifestado en contra de este nuevo paradigma económico en multitud de ocasiones y en multitud de localidades de todo el mundo. Un ejemplo muy gracioso fue el de los taxistas londinenses que recurrieron a una campaña de crowdfunding para luchar contra el carpooling. Recurriendo de este modo a la economía colaborativa, para pedir la suspensión de la economía colaborativa.
Estas protestas venían buscando una regulación digna, en su caso pedían prohibición o que tuviesen que pasar por las mismas trabas económicas y burocráticas que tuvieron que pasar ellos. Pero todos los sectores han levantado la mano solicitando esta regulación. Esto es así porque existe una necesidad clara de regular, pero hay que hacerlo pensando en lo que realmente pueden aportar los nuevos modelos y cómo ayudan a la evolución.
En esta línea dio un primer paso la CNMC en España con su resultado tras el estudio, que posteriormente tuvo que dar marcha atrás al tratarse de unos resultados que no eran «del agrado de todos».
Ahora es la UE la que va a dar el paso. Desde Bruselas van a marcar unas directrices para llevar a cabo una regulación similar en todos los países. Actualmente cada país, incluso cada región está llevando a cabo la regulación como creen que mejor les viene. El paso que va a dar la UE es dar unas recomendaciones para que la igualdad sea máxima en esa regulación.
No cabe duda que se trata de un avance importante, pero todavía hay que ver qué hace realmente cada país. Existen grandes diferencias en la población de cada país y eso puede hacer que una misma norma se acoja de modos totalmente diferentes. Pero es una reacción buena y necesaria de la UE. Seguro que poco a poco y entre todos (que nos escuchen a los expertos, por favor) conseguimos dar forma a este nuevo paradigma del que todos saldemos ganando.